Zonas comunes con estilo

Las zonas comunes de un equipamiento hotelero que, no han de ser necesariamente las recepciones, pueden reunir cualidades a tener en cuenta. Los comedores o las salas de estar son ejemplos de los que se puede sacar mucho partido. Para organizar su interiorismo, los muebles a medida pueden convertirse en nuestros mayores aliados. De un lugar desangelado, podemos crear uno con mucho estilo, y útil además. El cliente no se podrá resistir.

Si trabajamos con un espacio en el que queremos instalar una sala de estar para aquellas personas que esperen a hacer el check in, los asientos o sofás y las mesas no pueden faltar. Podemos optar por elementos sencillos, como bancos de madera: aprovechamos la distancia que pueda haber y lo completamos con una mesa o revistero. La zona nos puede servir también para añadir una pequeña biblioteca, una estantería en la que podamos añadir volúmenes para todo tipo de públicos, ya sea para los pequeños de la casa o los adultos.

Los estilos de este tipo de zonas priman lo funcional. Son sobrios y, tal vez, elegantes. Aunque, por otro lado, la decoración llamativa y arriesgada puede ejercer un gran poder de atracción, y así diferenciarse. Se ha de crear un lugar exclusivo y versátil, en el que la gente quiera detenerse a leer un libro o a realizar una importante tarea en su portátil, en el caso que no quiera volver a su dormitorio.

La zona del comedor

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La zona del comedor además de diáfana tiene que transmitir sensación de amplitud. Es impredecible, pueden reunirse muchas personas a comer. El secreto está en la disposición de mesas y sillas. Dicen que el comedor es una estancia clave en el diseño de los hoteles, puesto que según su categoría y ubicación (e incluso tipo de cliente al que va dirigido) puede hacer variar estilo, tamaño y configuración. Los hay públicos y privados. En este último caso, el espacio se puede dividir con paneles o celosías. La iluminación también es clave. Los toques cálidos pueden darle intimidad.

Las opciones son infinitas. La decoración empieza en el techo y acaba en el suelo. La creatividad nos permite incluir en interiores plantas, flores y arbustos para darle armonía al lugar. La combinación de bancos y sillas también puede ser rompedora. Por otro lado, si el hotel también tiene buenas vistas, puede que nos sean de ayuda para personalizar el comedor al entorno en el que se encuentra.