Como todo sector, el hotelero no se detiene al cambio. Este 2020 viene cargado de novedades que pueden marcar tendencia. En primer lugar y cómo ya apuntábamos en anteriores post, los equipamientos hoteleros potenciarán los entornos interactivos para que el cliente se sienta interpelado. La personalización es una característica que satisface al usuario, porque se adapta a sus necesidades, y para el hotel es también beneficioso: le proporciona una información útil con la que podrá confeccionar nuevas estrategias competitivas.

Las tecnologías seguirán irrumpiendo en el ámbito hotelero. Con lo que los dispositivos móviles se convertirán (aunque ya lo son) en herramientas fundamentales para la captación de público, especialmente el más joven, que no se separa de dicho dispositivo.

A menudo, oímos las oportunidades del Internet de las Cosas (también abreviado IOT en inglés por ‘Internet of Things’), que contribuye a convertir, en este caso un hotel, en ‘un entorno más inteligente’. Lo cierto es que con las ventajas que ofrece esta tecnología la experiencia del cliente se puede hacer mucho más confortable. Propone la interconexión digital de los elementos cotidianos. ¿Os imagináis libros, termostatos o lámparas conectados a internet? El extraviar cualquiera de nuestras pertenencias se acabaría y facilitaría la gestión del mantenimiento de un objeto conectado a la red. La nevera de nuestra habitación de hotel, por ejemplo, tendría en cuenta el número de productos que hay en su interior y notificaría al ordenador central la falta de alguno para reponerlo.

Por otro lado, no hay que olvidar las ventajas que nos puede ofrecer la inteligencia artificial, a través de la que se potencia la interactuación con los huéspedes de diferentes formas. Incluso está la realidad virtual, con la que se puede crear experiencias para el cliente combinando la infraestructura del complejo hotelero y una realidad virtual envolvente, con el fin de entretener.

La sostenibilidad es otra asignatura en la que numerosas empresas se ponen al día. De hecho, se convierte en un factor potenciador de buenas ideas y alternativas más perdurables. Es decir, puede empezar en la cocina del hotel, con la eliminación de plásticos; o, fomentando una actitud más responsable en los huéspedes, como puede ser incidiendo en un consumo más responsable en lo que a determinados artículos de baño se refiere, como el de las toallas.

Numerosos portales web también anuncian que los hoteles centrarán su atención en aumentar las reservas directas con el objetivo de fidelizar a su clientela, en la que invertirán más tiempo y dinero. Esto significa que, a través de las páginas web de los hoteles se trabajará en una gestión más eficiente de la reserva en detrimento a los portales virtuales que hacen de comparadores. Eso potenciará la recepción de más datos personalizados, ya que el cliente se abrirá su propio perfil.