La desestacionalización hotelera

La estacionalidad es una relación de dependencia con respecto a una estación del año, según la RAE, y muchos hoteles dependen de ese factor. En temporada alta acogen a cantidad de clientes y, en temporada baja, el asunto cambia: disminuyen sus ingresos e incluso cierran. Aun así, la desestacionalización hotelera se ha impuesto como filosofía de muchos negocios turísticos; asumen el reto reformulándose. De esa manera, consiguen captar a más público. Hay numerosas estrategias para diferenciarse de la competencia y esta es una de ellas. Ahora bien, para atraer a un público más variado con la desestacionalización son muchos los agentes que tienen que ponerse de acuerdo para ofrecer un paquete de reclamos que capte la atención del turista. Las agencias de turismo, en este caso, tienen un papel clave.

La desestacionalización hotelera ha ayudado también al público que aprovecha la temporada baja para viajar o que, simplemente, lo hace cuando le apetece, sin aprovechar las fechas más señaladas. Según el portal de asiri.es desestacionalizarse es un “deber casi imprescindible”. Y es que lo que buscan los equipamientos hoteleros es precisamente mantener una estabilidad en el flujo de reservas, no sólo concentrado en fines de semana y fiestas. Para ello, hay maneras de incentivar el movimiento: con ofertas específicas y segmentación del tipo de público.

Según hosteltur.com, el turismo rural es uno de los que opta por superar la estacionalidad captando además a un público extranjero (al menos en el momento anterior al Covid, cuando no había restricciones de movilidad), de un perfil desocupado laboralmente y con cierto nivel adquisitivo. Cómo decíamos, la experiencia en un paraje de ensueño se marida con actividades de ámbito cultural, gastronómico y deportivo (ejercicios al aire libre, actividades en grupo, etc.).

Vivir una experiencia autóctona

Desde tecnohotelnews.com hablan de otra cuestión: la rápida expansión de la desestacionalización causada por las nuevas formas de viajar. Exponen cómo las nuevas generaciones están cambiando la industria hotelera y la manera de vivir una experiencia de viaje. Vivir en el lugar de destino como una persona autóctona es también algo que genera curiosidad, con lo que acudir un día cualquiera contribuye a disfrutar de la cotidianidad; este factor además forma parte del fenómeno de la desestacionalización. Destacan, en este sentido, las viviendas turísticas, hostales o ‘bed and breakfast’.