Cocinas ideales y prácticas, adaptadas a un equipamiento hotelero

La filosofía de los espacios abiertos arrasa en todo tipo de proyectos contract. La idea es simplificar todo lo posible, y la zona de la cocina no queda excluida. De hecho, hay todo un mundo en lo que a diseño de cocinas y proyectos de reforma se refiere. Un equipamiento hotelero dispone de una importante infraestructura y una de las menos mencionadas, o tal vez pensadas por el usuario de un hotel, sea la cocina.

Con el objetivo de buscar la transparencia, muchas cadenas hoteleras han dispuesto incluso ventanas que conectan la zona de cocina con la del restaurante. De ésta manera, los comensales, a su paso, pueden observar qué se cuece.

Las posibilidades son numerosas. Comencemos comentando la distribución. Para lograr una mayor unidad y según el espacio disponible, una de las alternativas más versátiles para una cocina es incluir una isla en el centro, muy extensa. En ella podremos colocar la tabla de cortar, los ingredientes en sus recipientes, un libro de recetas, los pedidos, e incluso reservar una zona para el emplatado. Es importante que el mobiliario sea resistente. De madera lacada y robusta, por ejemplo.

Podemos seguir aprovechando espacios creando en los laterales de la isla cavidades para poder ubicar contenedores en los que podremos tirar los residuos de los alimentos que se han ido cortando, y todo en un momento. Si se prefiere, separando los alimentos orgánicos, por supuesto. También podemos incluir cajones y armarios con puertas correderas para guardar cubiertos y todo tipo de utensilios de cocina.

Partes troncales y colores

Si proyectamos la cocina desde arriba, podemos identificar las partes troncales más importantes: por un lado, la zona de cocción, la de preparación (que podría ubicarse en la isla, ya mencionada) y la de almacenaje y electrodomésticos. Puesto que nuestro lema es que se acoja bastante personal y que haya espacio suficiente como para permitir su movimiento, será importante dejar margen para favorecer el orden y la accesibilidad.

El mobiliario que envuelve la isla también puede aprovechar la zona de pared para colocar estanterías acopladas sin puertas o vitrinas correderas. Ideales para colocar especias, morteros, aceiteras y vinagreras. Es clave también la zona de cocción, en la que sin perder un ápice de estilo, podemos convertir en una zona particular y curiosa, haciendo que la campana case con el estilo y colores que tiene el resto de la cocina. Puede ser un blanco que le dé sobriedad y elegancia, incluso apostar por un juego de contrastes de blanco y negro, si nos gusta seguir las tendencias. Si optamos por un estilo más rústico, cualquier material que imite la madera será un acierto. Los tiradores de cajones, horno u otros electrodomésticos empotrados pueden hacer el resto.

Apostar por un color que le de luminosidad al interiorismo es también un rasgo interesante a tener en cuenta. Si podemos combinarlo con luz natural de grandes ventanales, mucho mejor.