Una recepción en constante evolución

La lucha por distinguirse de la competencia nunca decae, y menos en el sector hotelero. Y es que uno de sus principales objetivos es ofrecer la mejor experiencia al cliente. Además de tener unas cómodas estancias para descansar, los hoteles también han de cuidar un espacio muy importante: la recepción.

Se trata de la zona en la que el huésped tendrá la primera y la última toma de contacto con el equipamiento hotelero. Allí podrá interactuar sobre cuáles son sus preferencias y podrá conocer las características principales del mismo. Si se siente cómodo y en un ambiente agradable, la experiencia empezará con buen pie; de lo contrario, sumamos condicionantes negativos a la opinión que pueda formarse al completar su estancia.

En las recepciones también se intercambia información importante y se fomenta el trato cara a cara. Durante el check-in y el check-out se puede conocer mejor al cliente y saber cómo está siendo (o ha sido) su experiencia. Los datos recabados son útiles para estudiar el público objetivo, conocer sus necesidades y así poder aumentar su satisfacción. Esto nos puede garantizar unas buenas críticas.

Innovación

El concepto de ‘recepción’ es más importante de lo que podamos pensar y ha evolucionado con el tiempo. Hemos de quitarnos de la cabeza aquella imagen antigua y caduca de la recepción situada justo en la entrada, con un mostrador clásico y un/a recepcionista con traje. La originalidad acapara diseños, iluminación e incluso ubicación.

Son numerosas las maneras de innovar el concepto de ‘recepción’. Como decíamos, modernizarla se ha convertido en una práctica muy amplia. Se puede empezar con un diseño cuidado, que puede incluso ir a juego con el estilismo del recepcionista. Éste no ha de ir siempre con pose sobria y uniformado/a; más bien acorde al estilo de la recepción, coherente con la línea temática de la cadena hotelera.

Por otro lado y aunque no se le preste la atención que se debería, es clave también una buena iluminación. Este factor nos puede ayudar a aportar calidez y bienestar al espacio, e incluso puede ayudarnos a destacar ciertas zonas para captar la atención del cliente. En este sentido, muchos hoteles han optado por tematizar su decoración y han llegado a añadir olores concretos a la recepción, con el fin de ofrecer una experiencia sensorial al huésped, que es en definitiva, lo que queremos lograr.

Otro de los factores más poderosos para redefinir el concepto de recepción es su localización. Es decir, se puede instalar en un sitio que no sea la entrada o podemos optar por hacernos más cercanos y accesibles montando más de una zona de recepción.

Desde Essenthia, creemos que las opciones son múltiples. La meta es alejarnos de la burocracia de la recepción convencional, y si creamos experiencias y despertamos sensaciones, mucho mejor.