Hoteles y un futuro lleno de restricciones

Las restricciones para frenar los contagios de coronavirus en el Estado causan estragos al sector hotelero. El flujo de visitantes ha caído en picado debido a la propagación del virus y los consecuentes confinamientos perimetrales y aforos limitados, entre otros condicionantes. Aquellas personas que se movilizaron, por otro lado, para visitar a sus parientes durante las fiestas de Navidad tampoco significaron un repunte en la ocupación. Todo ello ha supuesto, para los profesionales del sector, un duro golpe: es momento de tomar decisiones. Hay hoteles del territorio que han optado por bajar la persiana a la espera de tiempos mejores. Con la mayoría de la plantilla con Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTO), además, sale más rentable permanecer cerrado. Abrir, por lo general, supone un gasto.

Por contrapartida, los huéspedes que viajaban por negocios son perfiles que, aunque permanecían estables en tiempos de Covid-19 con sus certificados en regla, han ido también a la baja. A mediados de este mes de enero de 2021, economiadigital.es anunciaba que la pandemia había “hundido” la inversión hotelera en la ciudad de Barcelona, dejando (respecto al 2019) 153,7 millones de euros. El “parón”, exponen, es evidente. Y es que la llegada del Covid-19 ha supuesto una paralización de la expansión de muchas cadenas hoteleras. Así pues, ¿qué futuro les espera a los hoteles?

La seguridad como factor competitivo

A pesar de todo, los alojamientos están haciendo los deberes y hacen de la necesidad virtud. Cómo decíamos en un artículo anterior del blog, los hoteles se centrarán, con vistas al futuro, en proporcionar todas las garantías de seguridad al cliente. El factor de la tranquilidad se impone como una variable competitiva. De la mano de las tecnologías, difundirán dicha condición y enfocarán sus estrategias de captación de una forma más personalizada. La clientela, en tiempos de Covid, espera también un trato adecuado a esta realidad imprevisible y cambiante. Con lo que encontraremos que los huéspedes esperarán procesos de registro a la entrada y a la salida de lo más rigurosos.

El abanico de servicios que brinda un equipamiento hotelero es clave para que el cliente acabe eligiéndolo; en algunos casos, aun así, existe una fuerte dependencia con el entorno. Hay hoteles que no cuentan con servicios de comida y cena, ofrecen únicamente desayuno o bien quizá sólo se pueda pasar la noche. En ese caso y según qué tipo de restricciones se apliquen a las zonas de restauración de su alrededor, los hoteles pueden tener las de perder. Ésta es una situación que se ha dado a menudo en tiempos de Covid-19 con hoteles céntricos y de ámbito local.

La vacuna es para los hoteleros un factor que irradia esperanza al panorama actual, aunque numerosos colectivos piden, tal y cómo lo recogía estos días el portal de Hosteltur, un “plan específico de vacunación para el sector”. Y es que el personal hotelero también está expuesto. El fin es “minimizar riesgos” y, a raíz de que muchos vuelvan a abrir en un futuro inmediato, lo adecuado es poder hacerlo con seguridad.