Cortinas y estores, ¿qué es mejor?

Cómo hemos comentado en otras entradas del blog, el interiorismo elegido puede ser nuestro mayor aliado para alcanzar la mejor solución contract. Hay que llevar nuestra mirada hacia la funcionalidad y la simplicidad: dos características que, cuando se hacen efectivas con un mobiliario multifuncional o con elementos pensados para el confort, se tienen muy en cuenta. Esta vez, hablaremos de la importancia de tener una habitación diáfana y cómo regular la luz que entra por las ventanas. Por eso, hablaremos de las cortinas y los estores. Ambos moderan la entrada de claridad, incluso pueden ser una alternativa a la persiana (tanto si hay como si no).

El tipo de ventana y la ubicación de la habitación determina qué ‘regulador’ de luz es más conveniente colocar. La variedad es infinita y se adapta a las necesidades funcionales, decorativas y de intimidad que podamos tener. El diseño puede casar con la línea corporativa del equipamiento hotelero y ser homogéneo en todas las dependencias. Así pues, las ideas que han de quedar claras son la orientación de la estancia, la intimidad y la luminosidad que queremos conseguir.

 

Si optamos por cortinas, lo más habitual es que elijamos combinar de dos tipos: una traslúcida, que deje pasar los rayos de luz; y otra más tupida, que no permita que entre el sol. Este conjunto es ideal en el momento de retirarse a descansar: con la más doble no pasará un haz de luz y, por lo general, si hace calor, impedirá que entre con más facilidad en el interior de la estancia.

Cabe decir que, unas cortinas también pueden tener el suficiente protagonismo como para ocupar una zona común sobre un gran ventanal. Pueden incluso ir a conjunto con el color del mueble o sofá más cercanos. Además, pueden multiplicar el espacio de la sala para que gane en amplitud y claridad. Hay que acertar en el tipo de tela y el color, eso sí.

Por otro lado, los estores embellecen mucho la estancia y, a diferencia de las cortinas, se recogen verticalmente. Aunque son elegantes, no son tan rápidos de retirar como lo son las cortinas. Pueden ser enrollablesde varillas, plegables, para día y noche (lo más parecido al par de cortinas ya comentado) y según como se elijan, de pieza única o de lamas. A partir de aquí, pueden tener, o no, motivos decorativos, ser lisos, rugosos, satinados o de ropa (y recogerse en forma de paquete).

¡Combínalos!

Las claves adecuadas para saber si queremos colocar tanto un estor como una cortina lo puede determinar también la cantidad de sol que entre por  la ventana. Si tienes poco puedes optar por tejidos más claros y ligeros. Si no, se pueden elegir algo más dobles o estores de ‘screen’.  Otra opción plausible es combinar cortinas y estores plegables confeccionados con el mismo tejido, para que haya cierta coherencia. Aunque no es lo mismo que una cortina, los visillos también pueden ser una opción con carácter, pues su vaporosidad siempre puede elegirse para darle cierta identidad a un dormitorio. Imaginemos que es el caso de un alojamiento de campo, donde haya un paisaje del que no se pueda perder detalle.