Como ganar amplitud y aligerar espacios

Ganando amplitud en habitaciones de hotel reducidas
Cuando un proyecto de reforma de hotel llega a su fase de interiorismo, el espacio (los metros cuadrados y su distribución) juega un papel fundamental. Puede tanto facilitar como dificultar esta tarea que, por otro lado, resulta determinante para el resultado final. Así pues, todo lo que tiene cabida en este aspecto: mobiliario, decoración, materiales, colores, textiles, etc., debe cumplir una triple función:
1. Aprovechar las características positivas del espacio
2. Paliar los puntos negativos
3. Y/o intentar convertir los aspectos negativos en positivos

Imaginemos, por ejemplo, que la habitación de un hotel es de tamaño muy reducido para todo aquello a lo que quiere dar cabida (aspecto negativo) pero cuenta con mucha iluminación natural (aspecto positivo). En este caso, una de las opciones más evidentes es permitir y aprovechar la entrada de luz natural, así como la abertura al exterior, y potenciar la luz con colores claros e iluminación artificial de refuerzo.
No obstante, supongamos que el dormitorio no es todo lo grande que desearíamos y, además, tampoco cuenta con mucha iluminación natural. ¿Cómo proceder? Aunque como siempre decimos cada caso es muy particular, son reglas básicas, por ejemplo, evitar los colores oscuros (y, en su caso, utilizarlos únicamente en pequeños detalles decorativos sobre una base de tonos claros); idear un proyecto de iluminación completo y creativo, a la vez que funcional para cada una de las situaciones; y aligerar las piezas que forman parte del mobiliario.

Pero, ¿cómo aligerar muebles?

Técnicas para aligerar espacios con el mobiliario

Algunas de las recomendaciones para diseñar muebles más livianos que permitan aligerar la
carga visual del espacio, son, por ejemplo:
1. Limitar las separaciones: eliminemos las barreras visuales o reduzcámoslas a la mínima expresión. Las puertas del baño pueden ser de cristal, las cortinas traslúcidas y, en lugar de muros, utilizar medios muros, estanterías sin trasera o paneles ligeros.
2. Simplifiquemos las piezas: podemos barajar opciones simples como prescindir de las puertas de los armarios y de los cajones de las mesitas.
3. El minimalismo siempre es buena opción: sea como fuere, hay que procurar no sobrecargar las piezas con elementos superfluos e innecesarios. Nos restan espacio.
4. Jugar con los materiales, texturas y acabados (además de con los colores): no tiene por qué ser todo “madera” u “opaco”. Por ejemplo, podemos optar por poner patas metálicas a una mesa o un vidrio traslúcido a una puerta y convertir así un elemento
en principio pesado en algo mucho más liviano.